Cada 9 de febrero se celebra la fiesta de Santa Apolonia, patrona de los cirujanos dentistas. Es a ella a quien, desde la Edad Media, se recurre para pedir auxilio ante las dolencias dentales. Santa Apolonia fue una mártir del siglo III, nacida en Alejandría, Egipto.
El don de la vida
De acuerdo a la tradición, los padres de Apolonia no podían tener hijos. Como eran paganos, invocaron a numerosos dioses con el propósito de ganar su favor y así tener descendencia. Sin embargo, los años pasaron y ellos seguían sin concebir.
Cuando ya habían perdido la esperanza, la futura madre de Apolonia oyó hablar de la Virgen María a un grupo de cristianos. La mujer, entonces, en su desesperación, pidió a quien llamaban Madre de Dios que le concediera el favor de concebir un hijo.
Al poco tiempo la mujer quedó embarazada de Apolonia. El inmenso don recibido movió a los padres de la santa a acercarse al cristianismo.
Unos años más tarde, siendo Apolonia todavía una niña, escuchó de boca de su madre la historia de su nacimiento y decidió también ella abrazar la fe cristiana.
«Le rompieron todos los dientes a golpes»
En tiempos del emperador Felipe el Árabe (249 d.C.), máxima autoridad imperial en Alejandría, se inició una nueva persecución contra los cristianos. Aquellos que profesaban la fe en Jesús solían ser arrastrados fuera de sus casas, asesinados y sus propiedades saqueadas. A los cristianos se les solía acusar de atraer el mal augurio, y muchos hablaban de profecías sobre desastres y tragedias a causa suya, porque su presencia irritaba a los dioses.
Fue en ese contexto que Apolonia terminó en manos de los soldados del emperador. San Dionisio, obispo de Alejandría, relata su martirio:
«La capturaron y le rompieron todos los dientes a golpes. Construyeron una hoguera en las afueras de la ciudad, y la amenazaron con quemarla viva si se negaba a repetir palabras impías luego de ellos (ya fuese blasfemias contra Cristo, o una invocación a los dioses paganos)». Luego, el Patriarca continúa: «Al otorgársele un respiro, pedido por ella, se lanzó rápidamente al fuego y ardió hasta morir».
Lo que es de Dios se defiende con la vida
Ya en la antigüedad llamó mucho la atención, o fue causa de cierta polémica, que algunos santos, como Apolonia, hayan adelantado -por decirlo de algún modo- su propia muerte.