San Giuseppe Moscati fue un médico, investigador científico y profesor universitario italiano, considerado uno de los santos más populares del siglo XX y un modelo para quienes se ponen al servicio de los demás a través de la labor científica.
Investigador médico
Como médico, Moscati se hizo muy popular y querido por su generosidad. Solía atender gratis a gente sin recursos económicos, especialmente a niños y ancianos; por eso lo empezaron a llamar el “médico de los pobres”. Hoy, se cuentan miles y miles de personas entre sus devotos, especialmente en Nápoles, la segunda ciudad más poblada de Italia.
Moscati empezó a madurar su deseo de estudiar medicina y volcar su pasión por la investigación científica, al punto de matricularse en la Universidad de Nápoles Federico II en 1897. Al concluir sus estudios se graduó con honores defendiendo la tesis «Ureogénesis de hígado» (4 de agosto de 19030, investigación centrada en el proceso de producción de urea en el hígado que luego es eliminada a través del riñón y el sistema urinario.
El médico de los pobres
Por aquel entonces, Giuseppe solía levantarse muy temprano para ir a misa y recibir la comunión a diario. Después se dirigía a los llamados barrios españoles de Nápoles a visitar enfermos que carecían de recursos económicos. A las 8:30 a.m. llegaba al hospital, listo para iniciar su jornada de trabajo. Giuseppe tenía la costumbre de no cobrar a sus pacientes pobres, a los que atendía siempre con una sonrisa y amabilidad.
El 2 de junio de 1904 sufrió un golpe emocional muy fuerte por la muerte de su hermano Alberto, a quien estaba muy unido. Alberto murió por un traumatismo encéfalo craneano tras caerse del caballo. Esta experiencia dolorosa le cambió el corazón al joven médico, de allí sus palabras: “Ejercitemos cotidianamente la caridad. Dios es caridad. Quién está en la caridad está en Dios y Dios está en él. No nos olvidemos de hacerlo cada día, de hecho, en cada momento, ofrecer nuestras acciones a Dios haciéndolo todo por amor”.
Durante la I Guerra Mundial organizó un hospital de campaña para atender a los heridos. Se dice que llegó a atender personalmente a más de 3 mil soldados heridos.
Ciencia de la caridad
En su trabajo siempre intentó armonizar la labor científica con la fe. No quiso ser solo médico del cuerpo sino también del alma, por eso se consagraba a la oración y a la misa a diario. Por voluntad propia asumió vivir en castidad y hacer de su profesión un servicio y no una fuente de lucro.
Vivió convencido de que “no [era] la ciencia, pero si la caridad [la que] ha transformado al mundo, en algunos períodos; y sólo muy pocos hombres han pasado a la historia en la ciencia; pero todo seguirá siendo imperecedero, símbolo de la eternidad de la vida, en la que la muerte no es más que una etapa, una metamorfosis a un ascensor más alto, si se dedicaran al bien.»
El médico santo
Giuseppe Moscati falleció el 12 de abril de 1927, cerca de cumplir los 47 años, muy joven, tras haber dedicado su vida al servicio de los más necesitados. Los habitantes de Nápoles, quienes en su mayoría lo conocían, empezaron a referirse a él como “el médico santo”. Al final, lamentablemente, fueron los más pobres quienes más sintieron su pérdida.
Entre los primeros que acudieron a su funeral estuvo el Cardenal Ascalesi, quien, después de rezar ante el féretro del médico, dijo a los presentes: “El doctor pertenecía a la Iglesia; no a aquella de quienes sanó el cuerpo, sino de la de quienes salvó el alma y que salieron a su encuentro mientras subía al cielo”.
Giuseppe Moscati fue beatificado en 1975 por el Papa San Pablo VI. Sería canonizado posteriormente gracias al milagro de la curación de leucemia del joven Giuseppe Montefusco en 1979. El Papa San Juan Pablo II lo canonizó el 25 de octubre de 1987.
Fuente: ACIPRENSA