Por: Aldrin García Balvin – Comunicador Arquidiócesis
En un mundo cada vez más digitalizado, la Iglesia está llamada a aprovechar las herramientas modernas para cumplir con su misión evangelizadora. Los medios de comunicación y las redes sociales son plataformas que permiten llevar el mensaje del Evangelio más allá de los límites físicos de nuestras parroquias, alcanzando a personas en cualquier lugar del mundo. Como dijo el Papa Francisco: “Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios”.
Los sacerdotes deben ver estas plataformas como una extensión natural de su labor pastoral. Un video o una imagen compartida en redes sociales puede ser tan impactante como una homilía dominical, llegando a personas que tal vez nunca cruzarían las puertas de una iglesia. El Papa Francisco ha sido claro al invitar a los líderes de la Iglesia a no tener miedo de utilizar estas herramientas: “No tengamos miedo de estar en las redes, allí donde tantas personas, especialmente los jóvenes, pasan gran parte de su tiempo”.
El uso de videos en particular ha demostrado ser una forma efectiva de evangelizar. Los videos ofrecen una experiencia visual y emocional que captura la atención y comunica de manera directa y sencilla el mensaje del Evangelio. Un sacerdote puede llegar a miles de fieles a través de un solo video en YouTube o Facebook, algo impensable hace solo unas décadas. El desafío es adaptar el mensaje a estos formatos sin perder la profundidad y el espíritu de la fe.
Además, las redes sociales no son solo una herramienta para transmitir información, sino para crear una verdadera comunidad digital. A través de ellas, los sacerdotes pueden interactuar directamente con los fieles, responder preguntas, compartir oraciones y reflexiones, y mantener una conexión constante que complemente la vida parroquial. Como dijo el Papa Francisco: “La comunicación tiene el poder de construir puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo así la sociedad”.
Es importante que los sacerdotes trabajen de la mano con expertos en comunicación y laicos capacitados para desarrollar estrategias que maximicen el impacto de su presencia en línea. La evangelización digital no es una tarea individual, sino un esfuerzo conjunto en el que todos podemos aportar, ya sea creando contenido, compartiendo mensajes, o simplemente siendo testigos activos de nuestra fe en las redes.
El llamado es claro: aprovechar los medios y las redes sociales para una evangelización más dinámica, accesible y cercana. Así, como nos recuerda el Papa Francisco, podemos llevar la Buena Nueva a todos los rincones del mundo, incluso aquellos que se encuentran en el vasto y a veces caótico espacio digital.