«En oración con Jesús en el camino de la Cruz» es el tema de las reflexiones que acompañarán las catorce estaciones en el tradicional y pío rito que tiene lugar cada Viernes Santo por la noche.
Después de obispos, religiosos, familias, jóvenes, estudiantes, matrimonios, misioneros, migrantes, refugiados de guerra, este año es el propio Papa quien escribe las meditaciones del Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo.
Es la primera vez que esto sucede en el pontificado de Jorge Mario Bergoglio. «En oración con Jesús en el Vía Crucis» es el tema elegido para las reflexiones que acompañarán las catorce estaciones que recuerdan el camino de Jesús hacia el Gólgota. Un título que sugiere el carácter profundamente «meditativo» de estos textos que, como señala la Oficina de Prensa de la Santa Sede, serán, por tanto, «un acto de meditación y espiritualidad, con Jesús en el centro. Él es quien hace el camino de la Cruz y nosotros nos ponemos en camino con Él. Todo está muy centrado en lo que Jesús y vive en ese momento y está claro que nos extendemos en el tema del sufrimiento…».
Referencias más amplias
No habrá referencias tan directas a la actualidad, como en años anteriores, en los que participaron refugiados, víctimas de la trata o personas de países en guerra, o, el año pasado, con testimonios y diálogos tomados de los países heridos visitados por el Papa durante sus viajes apostólicos. Aunque «en este vía crucis, las conexiones son más amplias, al ser una oración, la referencia se amplía… La oración no va por categorías de personas, sino por situaciones». Ciertamente, la elección va unida al Año de la Oración que el Papa Francisco ha querido convocar como preparación al Jubileo, un acontecimiento que, como siempre ha dicho, tiene ante todo un carácter espiritual.
Los autores de las meditaciones en estos once años
En 2013, para el primer Vía Crucis de su pontificado, Francisco había confiado las meditaciones a un grupo de jóvenes libaneses bajo la guía del cardenal Béchara Boutros Raï; en 2014, fue el turno de monseñor Giancarlo Maria Bregantini, arzobispo de Campobasso-Boiano; en 2015, monseñor Renato Corti, obispo emérito de Novara; en 2016, el cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve, que fue elegido presidente de la CEI al año siguiente. En 2017, el Papa había elegido como autora de las catorce meditaciones a la biblista francesa Anne-Marie Pelletier, la primera mujer galardonada con el Premio Ratzinger.
En cambio, en 2018, las meditaciones fueron fruto de pensamientos, preguntas y observaciones de algunos jóvenes de entre 16 y 27 años, coordinados por el entonces «profesor» Andrea Monda, actual director de L’Osservatore Romano. Luego, en 2019, los textos giraron en torno al tema de la trata de seres humanos y fueron redactados por sor Eugenia Bonetti, misionera de la Consolata y presidenta de la Asociación «Esclavos nunca más». «Con Cristo y con las mujeres en el camino de la cruz» es el título de las meditaciones. El año de la pandemia del Covid-19, 2020, tuvo en cambio como protagonistas del Vía Crucis en el escenario inédito de una Plaza de San Pedro aislada, a los reclusos de la cárcel «Due Palazzi» de Padua. También hubo meditaciones preparadas por un grupo al año siguiente, 2021, en este caso de los scouts (Agesci «Foligno I», en Umbría), y la parroquia romana Santi Martiri di Uganda como autores que también habían acompañado sus escritos con algunos dibujos.
En 2022, el Papa Francisco había querido que la familia, con todas sus alegrías y fatigas, con sus diferentes vertientes y declinaciones, fuera el centro del Vía Crucis del Viernes Santo. Por ello, cada estación fue confiada a un tipo diferente de familia: un matrimonio y una de ancianos sin hijos; una familia numerosa y una que ha perdido una hija; una familia con un hijo con discapacidad, consagrado, una familia con un padre enfermo o que ha perdido una hija; una familia en misión, una familia adoptiva, una familia que dirige una «Casa Familia», dos abuelos, una viuda, padres e hijos emigrantes, dos familias: una ucraniana y otra rusa. Por último, en 2023, casi como si quisiera volver a tejer el hilo de sus diez años de pontificado celebrados unos días antes, eligió intercalar las etapas del Vía Crucis del Viernes Santo con textos tomados de testimonios, diálogos, discursos recogidos durante sus numerosos viajes apostólicos a los cinco continentes o en otras ocasiones. Voces de paz en un mundo en guerra», el título; las voces, es decir, de hombres y mujeres de diversas regiones afligidos por la violencia, la pobreza y el odio fratricida que hiere al mundo.
Fuente: Vatican News